El silencio estalla entre las sombras, oh vida, y el eco de paisajes arde en el horizonte, y la luz del ocaso trae entre sus alas y el silencio que mora en la voz del monte.
Las flores despiertan en suaves colores, y el canto del río seduce las sombras, y en cada una de sus sonrisas se abrazan, y entre susurros perdidos regresan los hombres.
Oh, naturaleza eterna, soldado divino, y en tu esencia fugaz encuentro mi cara, y en tu eterno murmullo desenfreno mi destino con un eco profundo de amor y de calma.
- Esteban Echeverría